Durante la clase hemos dado una vuelta por distintos países del mundo y hemos conocido distintos aspectos de la educación en cada uno de ellos, comparándolos con el sistema educativo de España ¿Qué podemos tomar de cada uno de ellos para mejorar el nuestro?
El modelo de Corea del Sur se nos ilustra como estricto y riguroso, con grandes resultados en las pruebas internacionales pero con estudiantes sometidos a muchísima presión por ser el mejor, esto deriva en una alta tasa de suicidio. Yo me pregunto: ¿Merece la pena ser el mejor del mundo si el precio a pagar es el estrés y la infelicidad de la juventud? ¿Cuál es el equilibrio entre ambas cosas? El valor de la educación, del esfuerzo que debemos hacer cada uno por estudiar y la responsabilidad ante ello son ideas con las que quedarnos de este sistema.
Finlandia, considerado como uno de los mejores sistemas educativos del mundo que sorprende por su flexibilidad, por no tener tareas para casa y aprender de la propia experiencia. Mis dudas sobre este sistema vienen a la hora de conciliar la vida laboral y la familiar, sobre todo con los más pequeños pues ¿tendrían cabida en España menos horas lectivas si ambos padres siguen trabajando 40 horas semanales en el mejor de los casos? Lo que más me gusta de este sistema es abandonar la idea de enseñar para un examen y hacer que todos los centros educativos sean igual de buenos.
Japón ha encaminado su sistema hacia un currículo académico estandarizado y con una gran inversión en tecnología, para asegurar que todos los estudiantes reciban la misma educación y disminuir la brecha de conocimiento cuando se aplican diferentes metodologías: asegurar el éxito colectivo frente al individual.
También centrada en la tecnología encontramos el caso de algunas instituciones de los Países Bajos en las que destaca el aprendizaje autónomo. La controversia con respecto al sistema educativo neerlandés viene dada por la división de los niños a diferentes niveles a partir de los 12 años y que determinarán su futuro laboral a una edad quizás demasiado temprana.
El enfoque de las universidades canadienses es envidiable por parte de España sobre todo por su enfoque hacia la investigación, y demuestra que invertir en educación genera oportunidades laborales y da recursos para estas investigaciones. A mí me surge la siguiente pregunta: Si el turismo es el sector que más riqueza aporta a la economía española, ¿Cómo va a pensar el Estado en promover la ciencia y la educación si aportan un porcentaje mínimo?
Del resto de países solo me quedo con algunas ideas: los docentes constantemente actualizándose y mejorando su labor, siendo así exigentes con sus alumnos en Singapur. Reino unido y la constante búsqueda de innovación y tecnología. Rusia asegura que la educación general sea libre y esté disponible para todo el mundo. Estonia se centra en profundizar en los temas que interesan a cada alumno y según estas habilidades se preparan para escoger la carrera adecuada asistiendo a institutos educativos vocacionales.
De todos estos países podemos tomar los puntos fuertes para intentar integrarlos en el sistema español aunque hay que preguntarse si todos ellos tienen cabida.
En la clase trabajamos en grupos sobre los aspectos a mejorar en España, hablamos sobre mejorar la formación y valoración social del profesorado. Para ello Singapur es un país en el que fijarse, exigiendo cursos en desarrollo personal y profesional, que ayuden a mejorar y adaptarse a diferentes alumnos, y garantizar esta formación continua de manera gratuita.
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